Kiki está delante de un lienzo de Velázquez… ojiplática. Lee en voz alta:
– Portrait of a gentleman, bust-lenght, in a black tunic with white golilla collar… Tree, es increíble,
– Pues sí, Kiki, el inteligentísimo Otto Naumann lo descubre por un millón de euros y ahora lo vende aquí por trece…
– ¿Y eso del fondo?
– Pues es un señor con, quizá, su nieta…
– [Kikí se ríe, delante de una instalación enorme de rosas y tulipanes, entre ostras y caviar, dando por hecho que se trata de algo increíble]
– No, me refería a esa galería tan bien puesta, la única en la que he visto personal de seguridad específico.
– Pues es una de las más caras de arte contemporáneo, la galería Gagosian, un Jeff Koons: ‘Pluto y Proserpina’ (2010), de acero inoxidable recubierto de un color transparente y adornado con flores frescas
– ¿Y esa señora?
– Es la hija de Nasakhima… Él hizo los muebles de Rockefeller. Y luego están los Rietveld, como su única silla roja, que comparten espacio con Mackintosh.
– Mon dieu… Tree, ¿tú, qué resaltarías de esta feria? ¿Están justificados esos 150 euros de la entrada?
Tree se pone serio…
– Pues, mira, vamos a la galería Coll&Cortés, una de las pocas españolas que asisten a la feria: contempla ese bronce de Hércules y el Centauro realizada por Giambologna bien vale una misa frente a la Crucifixión de Leone Leoni y bajo una excelente pintura de las lágrimas de San Pedro por las cuales parece escurrir una evocación del mejor Ribera. Unos pasos más allá, Avalokitèshvara es una escultura tibetana de bronce con once cabezas terminada alrededor del año 1400, con incrustaciones de plata, cobre y piedras semipreciosas en la galería londinense Rossi & Rossi, con una increíble presencia espiritual. A su lado, un Giacometti, de 1960 y una escultura pequeña de ‘El beso’ (1905) de Rodin que exhibe la galería Robert Bowman que supone el romanticismo absoluto…
– Tree, cuidado, estás dando con el codo a ese Picasso…
kikimrtree 